Cada tanto vuelve la puñalada
a recordarme su nombre
de anacoreta, de anagrama, de analfabeta:
violenta, jocosa, profana,
me recuerda que no creo,
que poco existo, poco veo;
cada tanto vuelve, la puñalada,
y le gusta la noche,
porque dice que la luz
respeta el filo de su hoja
y lo muestra más crudo metal
que el crudo metal,
cada tanto vuelve. La puñalada
nunca erra porque ya es puñalada,
la pone colorada que le digan certera
pero se pone soberbia
sabiendo que va en serio:
que es clara y precisa, más precisa
que le fecha que la clava.
Cada tanto, vuelve, la puñalada
y me dice "vamos, vamos,
hay que correr, corra paisano",
me saca como a un okupa
y si tiene resto me pone el pie
sobre la testa.
Cada tanto vuelve, mierda puñalada,
morosa puñalada, mierda de filo y de cristal,
Cada tanto vuelvas, no vuelvas
más.
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